También Noé, bebió de su vino, se embriagó y quedó desnudo delante de su tienda, hasta que sus hijos, Sem, Cam y Jafet, cubriendo con un manto su desnudez.
San Francisco de Asís se despojó de sus vestiduras ante el altar y echó a correr hacia las puertas del templo. El obispo que estaba presente, le detuvo en su carrera, cubriéndole con un manto.
Isaías anduvo desnudo y descalzo durante tres años, como los cautivos de Egipto y los desterrados de Etiopía, conducidos por el rey de Asiria.
Friné, la cortesana griega de Tespia, pasó en su tiempo, siglo IV antes de Cristo, como encarnación ideal de la hermosura y del vicio. Acusada de impiedad, el orador Hipereides la desnudó en el Aerópago ante los jueces que, sorprendidos por su belleza, la absolvieron.
Salomé se despojó de sus siete velos, en una danza fatídica celebrada en el Tiveríades para obtener la cabeza de San Juan Bautista.
Recordamos, por otra parte, la Danza de la Inocencia, que formaba parte del culto a Diana de Lacedemonia que bailaban ante el altar de la diosa, doncellas espartanas, completamente desnudas con pasos lentos y graves y actitudes correctas y morigeradas.
Las Tres Gracias mostraron sus encantos sin rubor alguno, para atraerse el voto favorable de Paris en el que, al parecer, fue el primer concurso de belleza que se registra en los anales de la mitología.
Más tarde, en los siglos II y III, apareció en el norte de África, una secta herética, conocida con el nombre de adamitas que pretendió reformar la vida en sentido del estado de inocencia original; en el siglo XIV, revivió la herejía en Europa por medio de los Hermanos y Hermanas del Espíritu Libre, conocidos en Alemania con el nombre de «Begardos», que vagaban desnudos en desenfrenada licencia. Los países de mayor raíz adamita fueron Francia, Holanda y Bohemia, donde se llamaron «Picardos» que, en 1421, fueron ejecutados en la hoguera y en 1781, en virtud del edicto de tolerancia de José II, se reanimaron. Se llamaron más tarde «Marrocanos» para adcribirse después de la secta de «Perfeccionistas» de Nueva York.
Los nudistas, pues, bien pudieran tener su origen en los adamitas, puesto que el nudismo, como doctrina y práctica, se asienta durante el siglo pasado en los países nórdicos. En algunas islas del mar Báltico, la tradición ha seguido ininterrumpida.
El «streaking» americano del mes de marzo, tiene -bien a su pesar-, otro antecedente universitario, ya que, también en marzo de 1118, los alumnos de la escuela parisiense de Notre-Dame, se presentaron en las aulas en traje de Adán, para protestar por ciertas reformas educativas que ellos consideraron lesivas.
Y vemos, como unos bachilleres sevillanos, a fines de 1620, efectuaron una parada en cueros, suponemos que protestando también.
También se despojaron de sus ropas unos cuáqueros ingleses, a principios del siglo XVII, acto que preocupó seriamente al Parlamento. Y el primer «streaking» del país se registra durante la segunda etapa del régimen de Fernando VII, cuando un grupo de estudiantes liberales de la Universidad catalana de Cervera, contrariados y dolidos por el lema que sus decanos expusieron al monarca -«Lejos de nosotros la funesta manía de pensar»-, manifestaron su repulsa, paseando en paños menores por las calles de Cervera, un domingo por la tarde, con el natural alboroto de los vecinos.
En 1908, un grupo de alucinados por supuestas apariciones anunciando el fin del mundo, se reuniron alrededor de una gran pira, donde arrojaron ropas, muebles y toda suerte de objetos, desnudándose a continuación, para impetrar la misericordia y el perdón del cielo. La Guardia Civil dio con sus huesos en la cárcel.
Sin embargo, es la hermos lady Godiva a quien corresponde la maternidad del «streak» contestatario. Lady Godiva, para situarnos, fue una chica, como la del coñac del spot de televisión, que se paseó a caballo desnuda, para liberar a los súbditos de Leofric, su esposo, conde de Mercia y lord de Coventry, de unos elevados impuestos.
En 1040, Leofric, perseguía a la Iglesia, tiranizaba a la pequeña nobleza de Coventry y oprimía al pueblo con elevados impuestos, creando una situación que iba haciéndose insostenible.
Lady Godiva, se apiadó de los súbditos de Leofric, de origen danés, y decidió interceder por ellos, para evitar una rebelión, tan inútil como cruenta. Leofric, que demostró no conocer el carácter resolutorio de su cónyuge, aceptó con ironía la propuesta de lady Godiva, a condición de que ella se pasease desnuda a caballo por la ciudad, convencido de que la dama rechazaría semejante propuesta.
Pero lady Godiva aceptó. Según William Camden, en una versión de este suceso del Medievo, escrita en 1659, la esposa del conde de Mercia, ordenó que en la fecha señalada, nadie osara salir ni mirar a la calle antes del mediodía y que se cerraran todas las ventanas. Luego, realizó el paseo en un caballo blanco; sin embargo, un sastre, apodado Peeping Tom, es decir Tom el indiscreto, violó la orden y presenció el paso de lady Godiva. Según Camden, el sastre perdió la vista torturado por los secuaces del gobernador de Coventry.
En recuerdo y conmemoración del paseo de lady Godiva, el condado inglés, junto al canal de su nombre, a orillas del Sherbourne y a 175 km. de Londres, celebra todos los años una cabalgata a la que concurren no menos de 100.000 personas y que discurre por la calle principal de Coventry, donde se alza un monumento ecuestre a la primera nudista.
Dice Antonio Gala en «Sábado Gráfico», que el desnudo no es malo. «Hace unos años -añade- en una pequeña pieza musical mía, el estribillo de una canción era éste: ¡»Striptease» mental! ¡Desnudémonos! ¡Desnudémonos! Porque desnudo se anda muchísimo mejor».
Y los enamorados Sergio y Estíbaliz, resto del primitivo Mocedades, andan por ahí cantando «Volver«, de Juan Carlos Calderón, donde dicen: «Volver desnudos como ayer…».
Si el desnudo es bueno o es malo, allá cada cual con sus juicios, porque en tema tan delicado, cada uno opinará a su manera; ahora bien, el prêt a porter, los salones de la moda, los grandes modistos, los tejidos de Sabadell o Terrasa, a buen seguro, que no hacen mejor a la gente. Cada uno es como es, en cueros o en chaqué en una recepción, con la corbatita del administrativo o con la furtiva desnudez de un baño en Formentera en agosto.
No olvidemos, aparte las colonias de nudistas, la sauna finlandesa, tan popular en los pueblos nórdicos, donde se recomienda por la acción estimulante del vapor de agua muy caliente, la atmósfera resinosa y ciertas reacciones cutáneas promovidas durante el baño.
En Finlandia, la sauna suele tomarse por lo menos una vez a la semana y toda la familia reunida, acompañada de sus eventuales huéspedes, pues esta práctica, además de que se considera sumamente higiénica, tiene en las costumbres hogareñas un significado casi ritual de buena hospitalidad. El recinto destinado a la sauna ha de hallarse bien caldeado y para producir el vapor, se vierte agua sobre unas piedras cuya temperatura es elevadísima. Los bañistas acostumbran a tomar el baño completamente desnudos (hombres, mujeres y niños de ambos sexos).
Por otra parte, la sauna ya se ha implantado en España, naturalmente por separado y prohibiendo la desnudez completa.
Desde que Adán y Eva utilizaron hojas de higuera para ocultar su desnudez, el hombre jamás ha dejado de hacerse ropas para cubrirse. La finalidad de las ropas es diversa. Protegen de la inclemencia del tiempo, identifican al que las lleva y proclaman su condición o pueden llevarse como un ensalmo mágico o a causa de unas creencias religiosas. Además, naturalmente, cualquier tipo de ropa es también una forma de decoración.
Los materiales más antiguos que se utilizaron fueron las pieles de animales que cortaron y cosieron adecuadamente para realizar sus prendas de vestir.
En la época bíblica, los tejidos básicos fueron la lana y el limo. La palabra que algunos traducen por «seda» no puede serlo, realmente, ya que el gusanode seda era desconocido en aquellos tiempos en Palestina y en los países vecinos. El término puede significar lino fino o algún tipo de prenda extranjera, tal vez un chal.
La prenda interior más antigua fue probablemente algo similar a una falda corta, abierta, que se llevaba sobre el cuerpo directamente y que recibe el nombre de «ezor».
Fuente del texto: Libro Correr desnudos como el rayo. Autor: J. Soto Viñolo. Ediciones 29, 1974.
Información relacionada:
— Revista Nudelot nº 24. Adamitas, desnudos como Adán.
— Los adamitas: Primera parte. Segunda parte.
— Breve historia del naturismo: La antigüedad. La edad Media. La edad Moderna.
También se cree que San Juan evangelista, el discípulo amado de Jesús, esra tan espartano que se cubría solo con una sábana. La noche que prendieron a Jesús en el Huerfto de los Olivos, los soldados romanos intentaron echarle mano, pero escabullendose de entre la sábana, escapó desnudo corriendo así en la noche hasta su casa.