Dos historias, dos tribunales, dos sentencias

Durante el pasado mes de febrero saltaron a la prensa dos noticias relacionadas con dos casos relacionados con el nudismo, ambos fueron llevados a los tribunales con diferentes resultados.

Mientras que el TSJ en la Comunidad Valenciana dictaba sentencia a favor del derecho que el joven Alejandro Colomar tiene para ir desnudo por las calles de su municipio, el TSJ en Andalucía dictaba sentencia a favor de personas «textiles» residentes de la urbanización Natura World de Vera, Almería, reconociendoles su derecho a poder utilizar las piscinas comunitarias de dicha urbanización con bañador, no pudiendo obligarseles a que se desnuden para utilizarlas.

Estos casos, ahora con un corto paso del tiempo, quizás puedan considerarse pequeñas historias sin mayor importancia, pero con el paso del tiempo, sobretodo el Caso 2, puede influir y mucho en futuros conflictos, e incluso en el desarrollo y normativas de otras urbanizaciones de uso nudista que existen en el entorno del Playazo de Vera.

Caso 1 – El “naturista de los juzgados” podrá seguir yendo desnudo por las calles de Aldaia

El TSJCV confirma la sentencia de un juzgado que anuló las multas impuestas al joven al no haber una ordenanza municipal que lo prohíba.

Alejandro Colomar, el joven que se presentó en los juzgados de València con unas botas como única prenda de vestir, podrá seguir yendo desnudo por las calles de su municipio, Aldaia, sin que sea sancionado por ello. La Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) ha confirmado la sentencia dictada por un juzgado de Valencia que anula las sanciones impuestas por la Delegación del Gobierno a este joven informático por ir desnudo por la calle.

En la sentencia de apelación, el Tribunal advierte de que esa conducta nudista no está amparada por el derecho a la libertad ideológica, como esgrime el sancionado, pero aclara que el sancionado tampoco vulneró la Ley Orgánica 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana, ni existía una ordenanza municipal en el municipio donde ocurrieron los hechos, Aldaia, que la sancionara expresamente.

Para los magistrados, debido al “vacío legal apreciado”, la acción cometida no merece reproche desde el punto de vista del derecho sancionador administrativo, lo que lleva a desestimar el recurso de apelación interpuesto por la Abogacía del Estado y a ratificar la sentencia de instancia.

“A falta de determinación específica a través de una norma, como puede ser una ordenanza municipal, que no existe en el municipio de Aldaia (….), la Sala entiende que la resulta atípica por no tener encaje en el tipo aplicado”, precisan, en alusión al artículo 37.5 de la Ley 4/2015.

Dicho artículo sanciona “la realización o incitación a la realización de actos que atenten contra la libertad e indemnidad sexual, o ejecutar actos de exhibición obscena cuando no constituya infracción penal”, detalla el fallo

Según han informado fuentes del TSJCV, en el caso analizado, tal y como recoge la resolución, el comportamiento del sancionado, consistente en pasearse o permanecer desnudo por la calle o en un lugar público, no encaja en el tipo ilícito aplicado.

Fuente: levante-emv.com Autor: I. Cabanes.

Información relacionada:

Alejandro Colomar, desnudo en cuerpo y mente.
Un hombre tiene derecho a ir desnudo por la calle, según un juez.
Sentencia a favor del nudista urbano de Valencia.

Caso 2 – Sentencia del Supremo: la «imposición del nudismo» en una comunidad de vecinos vulnera el derecho de igualdad

Los vecinos del complejo Natura World, en Vera (Almería), llevan una década en pie de guerra por el uso del bañador.

El Supremo recoge que los nudistas llegaron a contratar guardas de seguridad para que los textiles no pudieran acceder a la piscina si iban con ropa.

Nació y se vendió como un paraíso vacacional dirigido al nudismo en Vera, Almería. Hablamos de Natura World, un complejo con 495 apartamentos que desde hace una década se ha convertido en un campo de batalla entre los vecinos que practican el nudismo y los que no. La guerra ha llegado incluso al intento de creación de dos comunidades de vecinos, en la que finalmente ganaron los naturistas. Sin embargo, los textiles han ganado otra, este jueves (, en el Tribunal Supremo, que les ha dado la razón en su solicitud de poder disfrutar de las zonas comunes, como las piscinas, en bañador.

Tras años de denuncias cruzadas, la Sala de lo Civil zanja que «imponer el nudismo vulnera los derechos fundamentales a la igualdad, a la libertad ideológica, a la libertad y a la intimidad». Por eso declara «nula» cualquier norma interior de esa comunidad que tenga por objeto «impedir o perturbar el derecho» de los textiles a acceder a las piscinas y demás espacios comunes».

La resolución del Supremo tiene una parte técnica: considera inválidos los acuerdos adoptados que obligan a acceder a esas zonas sin ropa, porque cree que no se aprobaron siguiendo las normas de la Propiedad Horizontal. Pero luego está la otra parte, la que declara que no se puede imponer la práctica por ser contraria a los derechos fundamentales.

Imposición «violenta» y con agentes de seguridad

Los magistrados de lo Civil consideran que el enfrentamiento trasciende de un conflicto vecinal porque los nudistas «pretenden imponer, de forma obstinada y a veces violenta, la práctica del nudismo a todos los vecinos, de manera que quienes no lo practican no pueden hacer uso de los espacios comunes de la urbanización y, singularmente, de sus piscinas».

Para el Supremo es «insólito» que se pretenda obligar a desnudarse a los propietarios que quieran hacer uso de los espacios comunes de su cotitularidad. Y además, apuntan que no se hace mediante «un mero debate dialéctico», sino con «actos de imposición gravemente atentatorios contra varios derechos fundamentales».

La resolución recoge que, aunque los intentos de imponer el nudismo son anteriores, en la Semana Santa de 2017, los demandados -los nudistas- «contrataron a una empresa de seguridad, que colocó a varios vigilantes en la entrada al recinto vallado de la piscina, con instrucciones de impedir el acceso a aquellos vecinos que no fueran desnudos, y de expulsar a los que, una vez en el interior, utilizaran el bañador». Aquello se registró en un acta notarial, aunque los vecinos denunciados por esa imposición siempre lo han negado.

Las denuncias interpuestas quedaron en nada porque los vigilantes de seguridad no acudieron y los vecinos acusados de contratarles aseguraron que nunca dieron semejantes instrucciones.

Los estatutos de una comunidad que nació con «vocación naturista-nudista»

«Esta Comunidad de Propietarios es Naturista-Nudista, lo cual implica el derecho inalienable a la práctica del nudismo en cada una de las zonas comunes de la misma, tales como jardines y piscina, etc», dice el apartado F del artículo 6 de los estatutos.

Es la sentencia la que recoge algunos de los artículos de os estatutos de la comunidad, en los que también constan obligaciones como «la práctica nudista en los comunes de la Finca (piscina, jardines etc.), adaptándose las medidas legales oportunas en caso contrario». En el artículo 16, que regula el uso de la piscina, se declara «de uso exclusivo nudista».

El juzgado que llevó el caso y la Audiencia Provincial de Jaén dieron la razón a los nudistas, pero el Supremo ha dado la vuelta a esas decisiones por el problema de las actas y por la vulneración de los derechos fundamentales.

Eso sí, por si acaso, los magistrados escriben que la opción del nudismo «es una opción personal perfectamente respetable y legítima, pero cuya práctica no cabe exigir sin base para ello».

Fuente: Nius. Autora: Isabel Sanz.

Información relacionada:

Textiles contra nudistas en los tribunales y ahora la amenaza de un desahucio.
El nudismo en Almería: paraíso y disparidad en las playas.
Sorpresa entre los nudistas de Natura World por la última sentencia del Supremo.
El Supremo establece que la comunidad de vecinos no puede imponer el nudismo en la piscina.

Otras informaciones relacionadas:

Quince años atrás, en el Playazo de Vera sucedió que…
Pasear desnudo por Barcelona es ilegal, salvo en algunos sitios.
No se puede ir desnudo por la calle.
El nudismo es una más de tus libertades.

Antonio Cores, un referente de la fotografía española

Fue Antonio Cores (San Fernando, Cádiz, España, 1936-2020) un referente de la fotografía española de viajes, exploración y aventura en la segunda mitad del siglo XX. De la Asturias donde creció, una vez finalizada la guerra, se fue a Barcelona, donde se formó como aparejador y de allí a Francia para estudiar cine en París.

En Cataluña encontró a su primera mujer, Elizabeth Valls Klein, con la que tuvo a su hijo Iván. Con ellos atravesó el océano en busca de historias que contar en imágenes: «Cruzamos el Atlántico en solitario, vivimos cuatro años en el Caribe filmando la caza de las ballenas, íbamos después a cruzar el canal de Panamá para hacer el Pacífico, puesto que mi padre tenía una precontrato con National Geographic, pero naufragó, y con el dinero del seguro del barco compramos dos camiones en Alemania e hicimos todo el Nilo desde Alejandría hasta Uganda, aunque la mayor parte del tiempo estuvimos en Sudán», relata Iván Cores, que hoy tiene 52 años. De aquel viaje se conservan filmaciones increíbles, insólitas y hasta entonces inéditas de las tribus africanas, «Hizo un trabajo maravilloso allí», dice su hijo, partícipe entre 1975 y 1981 de aquella apabullante aventura, en la que la tribu de los Nuba tuvo lugar preminente, pues con ellos convivió para documentar su día a día a fondo, y la visión que nos muestra su hijo Iván, con el material de su padre, en una página web consagrada plenamente a los Nubas: Nuba Experience.

Aunque su objetivo se posó también sobre otras comunidades nilóticas como los Shyluk, Nuer, Dinka, Taposa y Anuak. Tal fue el viaje que a su vuelta a España no fue fácil escolarizar al niño que creció viajando. «Tuve una infancia increíble, llegué a España en el 82 y no tenía libro de escolaridad», recuerda ahora en Oviedo, donde supo de la muerte de su padre.

En su biografía además de estas grandes aventuras figuran grandes personalidades, como Pablo Picasso, amigo personal y confeso admirador de su obra, que posó para él en su estudio. En mayo de 1966, el artista tenía 85 años y el fotógrafo era un treintañero, y en la localidad francesa de Mougin, el uno posó y el otro disparó. El torero Luis Miguel Dominguín fue quien les conectó. De las 73 fotografías captadas en aquel encuentro, una selección se exhibió en 2007 en el Museo de Bellas Artes de Asturias.

Vendrían después de aquellos días en Francia todos esos viajes por el mundo que se dejaron ver y admirar en publicaciones como National Geographic. Y más adelante, otras aventuras artísticas como la que emprendió con el pintor chileno afincado en Marruecos Claudio Bravo, con quien mantuvo una estrecha relación desde los años sesenta hasta su fallecimiento en 2011. Pero es que, además de amistad, compartían amor al arte y proyectos de colaboración como el que les unió a la fotógrafa y artista polesa Beatriz del Río García -su segunda esposa y madre de Adrián, su segundo hijo-, en el libro Marabouts, Maroc (Gallimard, 2010), un profuso recorrido por tierras marroquíes que muestra las últimas moradas del desierto.

África, siempre África presente en su biografía. Como América, pues también vivió vivió en Brasil y México antes de encontrar en Granada su último hogar y dedicarse allí a la digitalización de una obra fotográfica que ya es historia.

Fuente del texto: El Comercio. Autor: M.F. Antuña.

Nota: Haciendo clic sobre cualquiera de las imágenes puedes visualizarlas en sus tamaños originales, en modo “pase de diapositivas”.

Información relacionada:

Picasso visto por Antonio Cores.
En los Nuba conocí la vida perfecta.

Nus, el libro de Manuel Gago sobre la historia de Baroña

El director de Culturagalega.gal y profesor en la facultad de periodismo de la USC entre otras facetas, Manuel Gago, ha escrito la novela de ficción «Nus» (Desnudos en castellano), basada en los acontecimientos ocurridos en Baroña cuando se produjo la detención de los nudistas en los 80. La historia se ubica en la Galicia del postfranquismo en la playa de Calabarda, con Toño Figueroa como protagonista.

El joven tiene una doble vida en su memoria en la que se entremezclan juventud, sexo y mentiras familiares, a la vez que dentro de este «retrato irreverente e irónico sobre la Galicia de aquella época» también hay lugar para el descubrimiento de un castro ancestral en Baroña por parte de un grupo de arqueólogos.

¿Cómo descubrió el movimiento conocido coloquialmente como «Tetiñas Free» que surgió a raíz de lo sucedido en la playa de Baroña en los 80?

Lo conocía desde pequeño, porque soy de A Pobra do Caramiñal (A Coruña, en la otra parte de la península del Barbanza). Cuando era niño los nudistas eran casi como unos seres mitológicos que hacían no se sabe muy bien qué, en un lugar que además, en aquel momento, aparecía en todas partes por su poder icónico: el castro de Baroña. Hasta el punto de que la primera vez que fuimos visitar el castro de Baroña (tendría siete u ocho años), a mí lo que me interesaba realmente era ver los nudistas, a ver en que consistía ese supuesto antro de perdición del que se hablaba en voz baja y cuando los mayores pensaban que nosotros no escuchábamos.

¿Por qué decidió inspirar la novela en este suceso?

Tenía ganas de escribir una novela de la Transición gallega que había entrecruzado varias perspectivas: la evolución de las relaciones personales y sentimentales en los años 70-80, vistas desde la perspectiva de un joven, pero también quería entrecruzarlo con los avatares de la política y de la sociedad del momento. La sociedad gallega de principios de los 80 es muy dinámica y se vivieron varios movimientos sociales -ecologistas, laborales, de defensa del patrimonio- muy interesantes.

Pero el movimiento nudista era distinto a todos ellos: partía de otro lugar y de otro tipo de gente. Cuando comencé a trabajar en la documentación de la novela hubo algo que me hizo decidirme: de todos aquellos movimientos, el único que hacía que a la gente se le pusiera una sonrisa en la cara de inmediato y se comenzarse a reír era el movimiento «Tetiñas Free». Sus organizadores concibieron el movimiento en primer lugar riéndose de ellos mismos. En un momento como aquel, en el que todo se planteaba en términos graves y apocalípticos (como en cierto modo se sigue haciendo en Galicia), esa capacidad de transmitir el mensaje sobre la moral provocando la risa me pareció de una gran genialidad. No había dudas y debía tirar por él.

El protagonista, Toño Figueroa, ¿está inspirado en alguno de los precursores del movimiento como Miguel Cancio, uno de los principales?

No, Toño parte de otro lugar y no tiene una identificación clara con ninguno de los personajes que vivieron ese movimiento en primera persona. Prefiero trabajar con un protagonista que vaya por su propio camino y no tener que jugar con las inevitables limitaciones de tener un referente real. Pero muchos de los otros protagonistas de la historia real están parcialmente presentes en los personajes secundarios, aunque sin pretensión de recrearlos con precisión. Son como trazos biográficos que en realidad son apenas rasguños, porque los personajes evolucionan por su cuenta.

¿Por qué apostó por un retrato irónico de esta época del postfranquismo gallego y no por una línea más histórica?

La ironía no está reñida con la historia, ero en realidad en mis novelas intento siempre dejar bien claro que son ficción, que pueden estar inspiradas en hechos reales pero que a partir de ellas la ficción es libre y coge otros caminos. A lo mejor porque soy periodista y en mi trabajo debo ceñirme mucho a los hechos, en la ficción me gusta hacerla evolucionar.

En mis novelas me apasiona estar siempre en el filo de la navaja que separa la imaginación de los hechos, y que el lector se cuestione qué es real y qué es ficción. Porque a veces lo que pensamos que es ficción resulta ser lo más real y viceversa. Me gusta jugar con el lector y que, si le apetece, investigue por su cuenta esos límites. También quería divertirme con mis lectores y echarnos unas risas en la playa, reírnos de nosotros mismos, y celebrar 1.000 veranos. La literatura también debe ser eso, una fiesta.

¿Quería mezclar historia del patrimonio de la comunidad con la historia del movimiento «Tetiñas Free» a través de la referencia que hace en el libro al descubrimiento de un castro ancestral en la playa de Calabarda?

En mis anteriores novelas, «El ángel negro» y «El ejército de humo», el relato estaba contado desde las clases subalternas, las clases populares, y son dos historias que hablan de que frente a determinados discursos conformistas que conciben a esas clases como agentes pasivos y sufrientes de la historia, los aparentemente humildes tienen recursos para responder y actuar en su mundo de manera activa.

En Nus trabajé con otra idea contraria: en la literatura gallega, al igual que en el resto de la cultura del país, las clases altas y dirigentes casi no aparecen, o cuando aparecen se retratan de una manera tan ingenua e inocente como maquiavélica. Quería escribir desde una voz vinculada a la clase media-alta de una Galicia que estaba cambiando con rapidez. El castro me permitía establecer un contrapunto. Los vecinos, en Nus, son tan misteriosos como los propios habitantes del castro que se está excavando. Alguien cuenta su historia por ellos y son casi invisibles.

Opinión personal sobre el movimiento y cómo piensa que marcó la historia de la comunidad en cuanto al nudismo se refiere

Como gallego, me siento muy orgulloso de las historias que escuché del movimiento, de su carácter vitalista y de su capacidad para, desde una playa de Baroña, obtener eco en todo el mundo. Fueron un ejemplo de activismo inteligente, de cómo todos tenemos dentro algo por lo que luchar y porque consiguieron provocar un debate a nivel español sobre la moral y delitos enquistados del Código penal, como el escándalo público, usado desde el siglo XIX para el control moral de la población.

El movimiento «Tetiñas Free» ayuda también a otra idea. Mucha gente, de diferentes opciones políticas, intentan simplificar la idea de Galicia y reducirla a un tópico, sea lo que sea. Pero Galicia, como cualquiera de las sociedades modernas europeas, es un país complejo, diverso y contradictorio. Parte de mi trabajo en muchos ámbitos es contribuir a evitar que se nos reduzca a un tópico, a demostrarnos a nosotros mismos que vivimos en una sociedad compleja. Comprender eso es una clave para la Galicia del futuro.

Nus (Desnudos)
Autor: Manuel Gago Mariño (escrito en Gallego)
Ediciones Xerais de Galicia S.A. 2021
ISBN: 978-84-9121-821-0

Fuente: Quincemil Cultura. Autora: Amara Santos.

Información relacionada:

Libros sobre Nudismo, Naturismo y Desnudo Artístico I.