Antonio Cores, un referente de la fotografía española

Fue Antonio Cores (San Fernando, Cádiz, España, 1936-2020) un referente de la fotografía española de viajes, exploración y aventura en la segunda mitad del siglo XX. De la Asturias donde creció, una vez finalizada la guerra, se fue a Barcelona, donde se formó como aparejador y de allí a Francia para estudiar cine en París.

En Cataluña encontró a su primera mujer, Elizabeth Valls Klein, con la que tuvo a su hijo Iván. Con ellos atravesó el océano en busca de historias que contar en imágenes: «Cruzamos el Atlántico en solitario, vivimos cuatro años en el Caribe filmando la caza de las ballenas, íbamos después a cruzar el canal de Panamá para hacer el Pacífico, puesto que mi padre tenía una precontrato con National Geographic, pero naufragó, y con el dinero del seguro del barco compramos dos camiones en Alemania e hicimos todo el Nilo desde Alejandría hasta Uganda, aunque la mayor parte del tiempo estuvimos en Sudán», relata Iván Cores, que hoy tiene 52 años. De aquel viaje se conservan filmaciones increíbles, insólitas y hasta entonces inéditas de las tribus africanas, «Hizo un trabajo maravilloso allí», dice su hijo, partícipe entre 1975 y 1981 de aquella apabullante aventura, en la que la tribu de los Nuba tuvo lugar preminente, pues con ellos convivió para documentar su día a día a fondo, y la visión que nos muestra su hijo Iván, con el material de su padre, en una página web consagrada plenamente a los Nubas: Nuba Experience.

Aunque su objetivo se posó también sobre otras comunidades nilóticas como los Shyluk, Nuer, Dinka, Taposa y Anuak. Tal fue el viaje que a su vuelta a España no fue fácil escolarizar al niño que creció viajando. «Tuve una infancia increíble, llegué a España en el 82 y no tenía libro de escolaridad», recuerda ahora en Oviedo, donde supo de la muerte de su padre.

En su biografía además de estas grandes aventuras figuran grandes personalidades, como Pablo Picasso, amigo personal y confeso admirador de su obra, que posó para él en su estudio. En mayo de 1966, el artista tenía 85 años y el fotógrafo era un treintañero, y en la localidad francesa de Mougin, el uno posó y el otro disparó. El torero Luis Miguel Dominguín fue quien les conectó. De las 73 fotografías captadas en aquel encuentro, una selección se exhibió en 2007 en el Museo de Bellas Artes de Asturias.

Vendrían después de aquellos días en Francia todos esos viajes por el mundo que se dejaron ver y admirar en publicaciones como National Geographic. Y más adelante, otras aventuras artísticas como la que emprendió con el pintor chileno afincado en Marruecos Claudio Bravo, con quien mantuvo una estrecha relación desde los años sesenta hasta su fallecimiento en 2011. Pero es que, además de amistad, compartían amor al arte y proyectos de colaboración como el que les unió a la fotógrafa y artista polesa Beatriz del Río García -su segunda esposa y madre de Adrián, su segundo hijo-, en el libro Marabouts, Maroc (Gallimard, 2010), un profuso recorrido por tierras marroquíes que muestra las últimas moradas del desierto.

África, siempre África presente en su biografía. Como América, pues también vivió vivió en Brasil y México antes de encontrar en Granada su último hogar y dedicarse allí a la digitalización de una obra fotográfica que ya es historia.

Fuente del texto: El Comercio. Autor: M.F. Antuña.

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Picasso visto por Antonio Cores.
En los Nuba conocí la vida perfecta.

AnimaNaturalis, desnudos en acción

AnimaNaturalis es una organización no gubernamental y sin fines de lucro, que trabaja para la defensa de los animales en España y Latinoamérica. AnimaNaturalis se centra en evitar el sufrimiento de los animales en las principales áreas donde son utilizados: Animales en la industria de la alimentación, animales en laboratorios, animales como vestimenta y animales en espectáculos (ver ideario completo).

Por casi dos décadas, AnimaNaturalis ha organizado las protestas de mayor impacto mediático que se han realizado en España, con el objetivo de exponer la crueldad de las corridas de toros, en contra de la industria peletera, y todas las tradiciones crueles con los animales.

Generalmente en dichas protestas los participantes se manifestan completamente desnudos y en invierno, rociados con sangre artificial y amontonados unos encima de otros, como quedan los cuerpos de los animales sin vida una vez les han arrancado su piel. El objetivo es concienciar a la población del enorme número de animales que se utilizan para confeccionar un sólo abrigo de piel y presionar por un debate que lleve al cierre de todas las granjas peleteras de España, logrando un gran impacto visual en cada protesta.

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15 enero 2023, unos 50 activistas de AnimaNaturalis se han desnudado este domingo en Madrid (con una temperatura máxima de 9 grados) para denunciar la obtención de pieles para abrigos y pedir el cierre de las granjas peleteras por “vulnerar” los derechos de los animales que proveen estos materiales, un loable esfuerzo, coraje y valentía que manifiestan las personas participantes con esas durísimas condiciones climáticas.

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Veinte miembros de PETA recorren desnudos el trayecto del encierro de Pamplona para denunciar el maltrato a los toros.

Desnud Arte: José María Sert

José María Sert (Barcelona, 1874-1945) fue uno de los pintores más cotizados y controvertidos de su tiempo y uno de los mejores muralistas españoles. Heredero de la Renaixença catalana y de formación modernista, desarrolla un estilo pictórico al margen de las corrientes estilísticas de su época. Sert pone un cierto orientalismo, una clara influencia del barroco y un expresionismo de corte goyesco, al servicio de una potente imaginación para la creación y adaptación de temas basada en una narrativa grandilocuente.

Estas características le constituyen como renovador de la pintura mural y un prolífico artista que llegó a pintar más de siete mil metros cuadrados de catedrales, palacios, grandes salones, residencias privadas y ayuntamientos de diversas ciudades, pero sin duda la obra que más presente estuvo a lo largo de su vida fue la decoración de la Catedral de Vic.

Aunque esta obra fue encargada en 1900, Sert no presentó los primeros bocetos hasta seis años más tarde, ocupado por los numerosos pedidos que recibía de los aristócratas de la época. La Primera Guerra Mundial interrumpió los trabajos y una vez reanudados, Sert sintió que tenía que modificar el planteamiento, suprimiendo el color y, por tanto, repensando las perspectivas para obtener profundidad. Se finalizó en 1929, pero tan solo siete años más tarde fue destruida. Conmocionado, Sert acepta la restauración de la catedral basándola esta vez en un juego de bajorrelieves que no concluirá hasta el año de su muerte.

La agitada vida de Sert ha sido objeto de dos biografías hasta la fecha. En ellas se cuenta cómo su gran carisma y erudición le abrieron las puertas de la alta sociedad parisina, que conoció tras dejar Barcelona con veinticinco años y establecer su taller en París. Casado con la mítica Misia Godebska, modelo de los pintores impresionistas, Sert contaba entre sus amigos íntimos a Guillaume Apollinaire, Marcel Proust, Paul Valéry, Gabrielle Colette y Paul Claudel; así como el obispo de Vic, Torras i Bages. Su trato con diferentes personalidades y miembros de la realeza, como la reina Victoria Eugenia, le reportaron numerosos encargos.

Sert pinta en Francia la residencia del barón de Rothschild, mientras que en Gran Bretaña decora las mansiones de Sir Saxton Noble, Lady Ripon, o el castillo de Philip Sassoon, entre otras. En Palm Beach (Estados Unidos de América) pintó en 1924 el tema referido a las Aventuras de Simbad el marino para decorar la residencia de Mr. Joshue Cosden. En Nueva York logra un gran éxito y consigue dos encargos, uno para el Rockefeller Center y el otro para el Waldorf Astoria para el cual pinta una traducción fantástica del episodio cervantino de las Bodas de Camacho. En 1934 y 1935 Sert realiza una de sus mayores y más importantes obras: la sala que llevará el nombre de Francisco de Vitoria en la Sociedad de las Naciones de Ginebra. A pesar de que su vida estuvo marcada por la actividad y el éxito, la obra de Sert cayó en el olvido tras su muerte en 1945.

Su modelo y dorador, Leonard Marcini, ha participado en la catalogación de la obra y ha aportado datos sobre el taller de Sert en París, e informaciones de obras como Elegías al pueblo vasco (1929-34), para el antiguo convento de San Telmo en San Sebastián; Evocaciones españolas (1942), biombos de la sala de música de Juan March en Madrid; los cinco techos para el Palacio Pereda en Buenos Aires de 1932 o la Expedición de la Reina de Saba (1923-1924) para la Sala de Música del Hotel Wendel en París.

También era un gran aficionado a la fotografía y se sirvió de esta técnica como apoyo para la elaboración de muchas de las figuras de sus murales. Recientemente se ha descubierto un archivo destacado de fotografías que pertenecia a Leonard Mancini, quien hacía de modelo para sus estudios anatómicos y era su ayudante en el laboratorio de fotografía, en el obrador de carpintería y en la preparación de los fondos y acabados de las pinturas que realizaba. Son retratos masculinos totalmente desnudos (cosa que no plasmó en los murales que les he mostrado).

Fuente del texto: museoreinasofia.es

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